Oigo hablar de libertad muchas veces y pienso, la verdadera libertad es dejarse llevar por los sentidos, sin hipocresía, cuerpos desnudos, el roce casi imperceptible de los dedos, sentir como se eriza cada poro esperando otra caricia, implorando en silencio más placer, escuchar un gemido, una mirada y volver al sentir de nuevo, espero poder ir a conoceros muy pronto